El mundo acaba de presenciar una prueba más de las preocupaciones sin sentido de los Estados Unidos sobre el desarrollo de las tecnologías innovadoras de China.
El Departamento de Comercio de los Estados Unidos anunció el miércoles que agregará a Huawei y sus afiliados a la Lista de Entidades de la Oficina de Industria y Seguridad del departamento, restringiendo la venta o transferencia de tecnología estadounidense a Huawei.
Sin embargo, Estados Unidos alguna vez se promocionó como un modelo de comercio libre y justo, establecer barreras comerciales basadas en “preocupaciones de seguridad” infundadas no concuerda con el ideal elevado.
Mientras exigía un mayor acceso al mercado y una mayor protección de los derechos de propiedad intelectual (DPI) de otros países, Estados Unidos actuó en sentido contrario, cerrando su mercado para reprimir a las empresas innovadoras emergentes.
Contrariamente a que los países de varios países son una tendencia irreversible, el proteccionismo no puede causar más que daño a todas las partes.
Las empresas estadounidenses podrían sufrir la restricción de Huawei en la etapa más temprana.
Como lo indica la declaración de Huawei, restringir a Huawei de hacer negocios en los Estados Unidos no lo hará más seguro ni más fuerte, sino que esto solo servirá para limitar a los Estados Unidos a alternativas aún más costosas, dejando al país rezagado en el despliegue de 5G Y eventualmente perjudicando los intereses de empresas y consumidores estadounidenses.
Según informes de los medios de comunicación, Huawei ya ha expresado su voluntad de firmar “acuerdos de no espionaje” con gobiernos extranjeros para que sus equipos cumplan con el estándar de no espiar, no de puertas traseras.
Desafortunadamente, Estados Unidos ignoró las soluciones constructivas y se atuvo al unilateralismo contra la voluntad no solo de China sino también de las empresas y los consumidores estadounidenses.
Ya se ha dejado claro que los Estados Unidos pretenden contener el desarrollo de las tecnologías innovadoras de China mediante el bloqueo de productos y empresas chinos.
Teniendo en cuenta el hecho de que se han expuesto múltiples problemas de ciberseguridad en los Estados Unidos, es particularmente irónico e irrazonable que el país señale a China por cuestiones de seguridad.
Para China, que ha sobrevivido con éxito a través de constantes restricciones, bloqueos y exclusiones de los Estados Unidos durante las últimas décadas, otra sanción de los Estados Unidos no detendrá su progreso tecnológico y su desarrollo económico.
No tiene sentido negarse a aceptar el hecho de que China está alcanzando a Estados Unidos en ciertas áreas. El progreso de China no debe verse como una amenaza, sino grandes oportunidades para la cooperación. Negarse a aceptar esta realidad no es una buena decisión. Tratando de “hacer grande a América otra vez”.